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Religion y progreso

Actualizado: 18 ago 2022

En medio de una sociedad secularizada, donde la religión es irrelevante para muchos, a nosotras nos pareció interesante aprovechar este mes para entender por qué cada vez nos da más hueva.

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En el 2015 el Pew Research Center predijo que la religión crecerá en las regiones social y económicamente inseguras, y seguirá bajando en las sociedades más estables...¿Por qué pasa esto?

Al querer analizar este tipo de datos y opinar al respecto, pasa que nuestro cerebro, acostumbrado a sobresimplificar la información, nos arroja una correlación donde la religión es sinónimo de tercer mundo y el ateísmo o agnosticismo lo es de progreso...(pero sabemos que correlación no siempre implica causalidad).


Algunas claves para entender el declive de la fe en el primer mundo, están en analizar sus culturas de consumo: Con una oferta infinita de individualización, donde la mayoría de las cosas que compramos pueden ser personalizables, entregadas a domicilio y fáciles de adquirir, hemos interiorizado esa dinámica también en muchos ámbitos de nuestra vida, incluido el religioso: No nos gusta entrar en esquemas pre-establecidos y queremos un Dios customizable.

Por eso las grandes religiones ya no funcionan para muchos: como Dios no cambia, quienes tenemos que cambiar somos nosotros, entonces los ritos y normas morales que propone la religión para lograr esa transformación en la persona, se perciben como inflexibles en una cultura donde todo es a la carta.


La investigadora Linda Woodhead válida esto explicando que a las religiones les va bien cuando uno tiene la percepción de que “Dios le funciona”, como si se tratara de un proveedor de servicios...entonces lo que pasa ahora, es que si el cliente no está satisfecho, sólo cambia de proveedor.


La Encuesta social general de actitudes en Estados del 2018, encontró al grupo más amplio en la categoría “sin religión”. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Kent descubrió que alrededor de ¾ de las personas autodenominadas ateas y 9 de cada 10 agnósticos estaban abiertos a la existencia de algún tipo de fenómeno sobrenatural, incluyendo astrología, seres sobrenaturales y la vida después de la muerte.


Paradójicamente, en sociedades más secularizadas como E.U, donde se han abandonado los signos, valores o comportamientos que se consideran religiosos, IBIS World reporta que se gastan $2.2 Billones de dólares anuales en “servicios místicos”, conformado por un mercado enorme de apps, libros, consultorías, talleres y todo tipo de merchandising espiritual, astrológico, psíquico, de brujería, cristales, entre otros...es curioso porque no nos gusta admitir que el hambre espiritual se alimenta...de la religión, o de algo más.


Otro factor que influye en el abandono de la práctica religiosa es un rasgo muy humano: se vuelve difícil que una sociedad que ha logrado tanto en términos materiales, económicos y científicos, tenga la disposición para subordinarse a un orden religioso, que escapa su razonamiento práctico.

Esto sumado a que en el ámbito laboral y como sociedad estamos migrando a esquemas horizontales, por lo tanto las jerarquías las percibimos como impositivas.


Lo que hoy sabemos sobre los factores psicológicos y neurológicos de la fe, es que cuando la vida es dura o sucede un desastre, la religión proporciona un sostén emocional. Para muchos, es lo único da sentido al sinsentido. Por eso muchas veces la práctica religiosa se asocia con gente débil o ignorante, porque parecería que sólo quienes carecen de recursos intelectuales, necesitan de esa ancla.

Entonces es interesante ver qué pasa en países de primer mundo, cuando se pone en juego su estabilidad: Un estudio validó que en Nueva Zelanda (uno de los países con mejor gobierno y calidad de vida), la gente que fue directamente afectada por el terremoto del 2011 se volvió significativamente más religiosa que el resto de la población.


Tal vez entonces, no es la ignorancia lo que mueve a la fe, sino el desprendimiento obligado que viene con la tragedia -una constante del tercer mundo- , la precariedad nos vulnera.


Brené Brown explica cómo la incertidumbre o el riesgo nos hace perder el control, es decir, nos vuelve vulnerables. Es ahí donde la intuición se agudiza y se convierte en una potente vía de conocimiento, especialmente cuando viene acompañada de reflexión e introspección que también son facilitados por situaciones de crisis. Brown explica la vulnerabilidad como fuente de conexión y la fe es una forma de conexión espiritual que encuentra expresión en la religión.


Recordemos que los indígenas han sido tachados de ignorantes por siglos, simplemente por tener un modo de organización distinto y una manera de conocer más intuitiva, conectada con la naturaleza.

Recordemos cómo el sistema educativo tradicional ha tachado de tontos a los niños que no entran en sus estándares académicos, porque tienen una forma diferente de aprender. Y una vez recordando esto, replanteemos si los prejuicios que tenemos hacia las personas religiosas no funcionan con una lógica similar.


¿Tu que piensas?



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