Para no apendejarse: Un mundo feliz
Actualizado: 30 ago 2023
En Un mundo feliz, Aldous Huxley logra plasmar nuestro deseo por evitar el sufrimiento, incluso a costa de sacrificar todo lo que nos humaniza.
En el mundo de Huxley, las personas adoran las tecnologías que anulan su capacidad de pensar, su autonomía y su libertad, así que no hace falta un poder represivo para mantenerlas pasivas, pues la sociedad se somete voluntariamente al adormecimiento colectivo de la consciencia.
En el libro, las personas escapan de la realidad a través de una droga llamada SOMA, que permite tener una especie de alucinaciones, viajes y experiencias sensoriales muy reales en el cine.
El SOMA lleva a distintos estados de placer, evitando así el sufrimiento:
“Un solo centímetro cúbico cura diez sentimientos de tristeza”
“Un gramo para un fin de semana, dos gramos para un viaje al bello
Oriente”
Se dice que el SOMA suple los efectos de la religión y el alcohol pero sin sus consecuencias.
Huxley visualiza un mundo donde la verdad es ahogada en un mar de información irrelevante y la gente simplemente no está interesada en conocerla, pues está demasiado distraída. En ese mundo, los seres humanos son producidos: Los niños nacen de probetas y desde el inicio están clasificados y destinados a funciones sociales específicas, inclusive se decide su físico.
A lo largo de la obra, Huxley retrata la trampa del placer, el entretenimiento y el desarraigo de la identidad, que a simple vista puede ser atractiva, pero también puede convertirse en nuestra ruina: una humanidad completamente des-humanizada.
¿Cuáles serían nuestros actuales SOMAS?
¿Qué implicaciones personales y sociales hay cuando nos enfrentemos a nuestra vida fuera de esos SOMAS?
¿Qué marcos legales hay para experimentar con la vida humana? ¿Todo lo que se puede hacer es bueno?
¿Qué experiencias humanas estamos cada vez más dispuestos a sacrificar con tal de evitar la confrontación con nosotros mismos y con la realidad?
🧠#noseapendeje
💣#cuestionaloqueves
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