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Foto del escritorLucia

Las redes sociales SON la enfermedad mental

La definición de una enfermedad mental según la Organización Mundial de la Salud (WHO) es “una alteración clínicamente significativa de la cognición, la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo.” 


Entendiendo lo anterior, creeriamos que pocos de nosotros caemos dentro de lo que se puede definir como una enfermedad mental. No obstante, hace unos días mientras me echaba el chisme del día en twitter (o “X”) me topé con un hilo contestando a la pregunta “Nombra un comportamiento que no está etiquetado como una forma de enfermedad mental pero que crees que debería serlo.” Como era de esperarse, leí todo tipo de comentarios, unos tan sencillos como decir mentiras,  pero lo que más llamó mi atención fue la cantidad de conductas mencionados alrededor de las redes sociales: La constante validación de extraños no está clasificada como enfermedad mental, pero es una tendencia de la que debemos tener cuidado.  



En 1902, nació el concepto de “yo-espejo” que explica cómo la visión que tienen de nosotros los demás, construye, cambia y mantiene nuestra propia imagen. Pero como no es posible saber exactamente cómo nos ven los demás, terminamos construyendo, cambiando y manteniendo una imagen que nosotros creemos que es como nos ven. En otras palabras, “No soy lo que pienso que soy y no soy lo que tú piensas que soy, soy lo que yo pienso que tú piensas que soy.” 


Las redes sociales tienen como principio la validación externa de forma inmediata -y la adicción que esto genera es la razón por la cual cada vez hay más empresas como Meta y Tinder enfrentando demandas-, por eso cuando subimos contenido en TikTok, Instagram o cualquier otra red, siempre vamos en busca de un “me gusta” y esto, sea de forma consciente o inconsciente pone nuestra salud mental en riesgo porque aprendemos a ser aceptados y auto aceptarnos de esta manera.


Compartimos una vida ligada a lo que nos gustaría que los demás pensaran de nosotros, a lo popular, a lo cool. Buscamos conexión y validación, pero muchas veces nos deja más desconectados de nuestra realidad y de nuestro ser interior.

Hay que aprender a no caer en esta red flag masiva. Romper el ciclo no es fácil pero es necesario. Reconocer cuándo estás buscando la validación externa es el primer paso para elegir una opción más efectiva en el mundo análogo. Una buena manera de empezar es dejando las redes sociales por un tiempo, porque esto elimina la comparación constante que tenemos con otras personas o la ansiedad y estrés que genera lo que publicamos. Ser consciente de nuestros propios talentos, habilidades y capacidades también nos ayudará a dejar atrás la validación externa, que aunque no es mala,se vuelve problemática cuando se convierte en el centro de todo lo que haces. 


¿Y tú, qué comportamiento de las redes sociales consideras que debería ser una forma de enfermedad mental pero no lo es?

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