Cuestionando lo que vemos: Sam Smith
Actualizado: 29 ago 2023
Sam Smith rompió el internet con su último video. Acá celebramos el hecho de ver a alguien con cuerpo no normativo triunfando, pero lo que cuestionamos es su propuesta artística que convierte al sexo en un producto para las masas y a las personas, en objetos anónimos. En realidad no es nada nuevo, lo vemos todo el tiempo.
La sexualización del espectáculo es una conversación que vale la pena abrir, al márgen de la identidad, color de piel u orientación sexual del artista y aún cuando sea algo a lo que estamos acostumbrados porque “siempre se ha hecho”.
Lo que acá vemos en estas celebridades, es un despliegue de narcisismo, que poco tiene que ver con el erotismo o expresión personal que supuestamente celebran, y a una industria musical que se enfoca en provocar una respuesta masiva, la que sea: shock, escándalo, o celebración.. da igual, el chiste es que se diga algo, porque así es como se capitaliza la atención.
¿A qué nos referimos con un “despliegue de narcisismo? Byung Chul Han lo explica en su libro La agonía del eros.
Según el filósofo, cuando el líbido se invierte en uno mismo, es decir; el placer para mi, los otros son solo medios para mi autoafirmación.
¿Por qué? Porque el eros es un impulso de encuentro con el otro, y sin ese misterio, se convierte en banalidad consumible. Narcisismo puro, no amor propio. Así, la sexualidad se desvanece, en la desritualización del sexo.
Sumado a esto, Han también explica que el capitalismo intensifica el avance de “lo pornográfico” en la sociedad, en cuanto que expone todo como mercancía y lo exhibe porque no conoce ningún otro uso de la sexualidad. Lo ofensivo o escandaloso de todo esto no es el “exceso de sexo”, dice, sino justamente que se aniquila al sexo, lo mata, porque porque en su naturaleza el eros implica darnos y espectáculos como estos nos hacen entenderlo en un sentido opuesto: ensimismamiento y acumulación (de atención, de placer, de ego).
Y si, cada quien puede hacer lo que quiera con su cuerpo, pero toda acción tiene un impacto. Y las acciones de los artistas, aún más, porque generan cultura. No somos islas.
Vamos a verlo por partes:
Ser persona significa estar en relación: con nosotros mismos y con los demás.
Esa relación interpersonal está mediada por nuestro cuerpo.
La forma en que nos relacionamos va construyendo el entendimiento que tenemos sobre nuestro cuerpo, nosotros mismos y nuestra sexualidad.
La forma en que nos relacionamos, le da también un significado a las otras personas; a SU cuerpo y SU sexualidad.
Entonces, decidir sobre nuestros cuerpos, conlleva decidir sobre nuestras personas y nuestras acciones. Esto significa también decidir sobre el valor que damos a los demás y cómo nos relacionamos con ellos.
Al final, del modo en que nos relacionamos depende no sólo nuestro sentido de vida, sino también nuestro destino.
Si pensamos que nuestro presente está formado por una suma de encuentros y relaciones, nos daremos cuenta que cómo nos relacionamos con los demás tiene un impacto importante en sus propias vidas, no sólo en las nuestras.
El sexo ya no es un espacio de encuentro y relación. La privacidad y la intimidad son aniquiladas por estas propuestas del espectáculo ¿Por qué celebrar la diversidad tiene que convertirse en hipersexualizar todavía MÁS la cultura? ¿Por qué celebrar la expresión personal tiene que estar ligada a la banalización del sexo?
¿Tú que opinas? Déjanos unas manitas si estás de acuerdo.
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